martes, 11 de noviembre de 2008

Entrevista con Edmundo Rojas Cornejo, primer presidente de la historia de Curicó Unido (segunda parte y FINAL)

Sentado en living de su casa, Edmundo Rojas recuerda con cariño sus años como dirigente de Curicó Unido.

El deporte ha estado siempre presente en los 91 años de vida de Edmundo Rojas Cornejo (21 de agosto de 1917). Árbitro desde 1941 y dirigente vitalicio de su Asociación local; también fue durante varios años presidente del Club Deportivo Carlos Condell, uno de los más antiguos y tradicionales de Curicó, que fundó su padre Rosario Rojas Castro.

Ex jugador amateur y ex presidente del Deportivo Huracán de Romeral, Edmundo Rojas también es recordado por sus más de 30 años como administrador del cementerio municipal de Curicó.

En el año 1973, las circunstancias lo llevaron a encabezar un ambicioso proyecto: el tercer intento de la ciudad de Curicó por consolidar a un equipo en el fútbol profesional (antes lo habían intentado Alianza y Luis Cruz Martínez). Fue el 26 de febrero de ese año cuando fue ratificada la creación del Club de Deportes Curicó Unido ex Bádminton, que debía llevar durante seis meses el mote de Bádminton, debido a disposiciones de la Asociación Nacional de Fútbol Amateur (ANFA).

Edmundo Rojas Cornejo fue presidente del Curi durante el año 1973, para posteriormente entregar el mando al comprometido José Fernández Balbín, quien se hizo cargo del club en 1974 y que posteriormente volvió durante el primer semestre de 1977. Rojas guarda gratos recuerdos del descendiente español dueño de la desaparecida Casa Amarilla, “José Fernández fue vicepresidente (en 1973). El era muy ciclista e incluso fundó la Unión Ciclista. También se fue de Curicó Unido precisamente cuando empezó la cuestión de la política”.

La “cuestión de la política” a la que hace alusión Rojas, tiene que ver con el ingreso de políticos principalmente de derecha a los directorios del club, durante el período posterior a 1983 (entre mayo y julio de ese año Rojas retomó brevemente la presidencia del club). Esta politización del club llevó a que incluso el alcalde designado de la Dictadura militar, Sergio Correa de la Cerda, ostentara el cargo de presidente del Curi entre abril del ’88 y julio del ’89.

“Después volví nuevamente (en 1983), pero ahí entró la política y la cosa se puso muy mala, porque entrando la política ahí vino la división de los dirigentes y muchos se retiraron, entre ellos yo, porque pasaron muchas cuestiones raras. En esos años la plata de las recaudaciones llegaba desde la Asociación Central de Fútbol (ACF) al tesorero del club, y este gallo nunca rendía cuentas, y después se supo que este gallo depositaba a su cuenta todos los borderó”, recuerda Rojas sobre la politización que vivió el club durante el régimen de facto de Pinochet.

El primer presidente de la historia de Curicó Unido recuerda que costaba mucho juntar el dinero para solventar el club, pero que también había jugadores poco concientes del gran esfuerzo que realizaban. “Me saqué la cresta trabajando por el deporte en general; costaba plata, tiempo y además que había jugadores que eran muy cabrones, venían a pedir no más. Me acuerdo de un tal Muñoz (Adriano, jugó profesionalmente en la temporada ‘83), un nueve que era muy bueno, pero que era el Satanás que dirigía a todos los otros; como será, que una vez este gallo dijo “necesito plata porque murió mi mamá”, y este gallo se fue y nos llegó el dato que era mentira, y fueron dos dirigentes a Santiago a los funerales y ¡era mentira!, estaba viva la señora. Fue capaz de matar a la señora para pedir plata (risas)”.


De todos modos, el nonagenario ex dirigente albirrojo destaca también a algunos jugadores que siempre tuvieron un comportamiento intachable a la hora de cobrar sus honorarios. “Algunos jugadores eran así (buscaban aprovecharse económicamente), pero hay otros que son muy caballeros, muy derechos, y ahí me saco el sombrero por jugadores como (Luis) Orrego, (Julio “Pony”) García, (Francisco) Quinteros, (Francisco) López, entre otros”.

En 1980 Curicó Unido debió afrontar su primera gran caída deportiva, ya que ese año se selló el descenso del Curi a la Tercera división. En un momento difícil, fue Juan Tello quien asumió la presidencia hasta mayo de 1983, año en que el Curi retornaría al profesionalismo. “El presidente Juan Tello se sacrificó mucho, porque juntar plata en esos años era muy difícil, había que casi llorarle a la gente para que nos ayudara”, recuerda Rojas sobre el difícil período de Curicó en el fútbol amateur.

“Otro gran presidente fue Manuel Sepúlveda (julio de 1989 hasta abril del ‘91), yo era director en esos años, y no dejamos a nadie sin pagarle. Me acuerdo que había mucho respeto por nosotros los dirigentes, especialmente cuando había que comprar camisetas o zapatos para los jugadores, los pedíamos y después los pagábamos. No le quedamos debiendo ni un peso a nadie”. Son las palabras de Edmundo Rojas sobre un período dirigencial que lamentablemente terminaría con el segundo descenso del Curi.

Luego del alejamiento de Manuel Sepúlveda del timón tortero, comenzaría la época más negra de la institución albirroja. Patricio Varas Pérez de Arce, Lucas Barra, Carlos Barra, Rodelindo Riffo, serían los nombres de los responsables de la mayor deuda de la historia del club, del robo del sistema de parquímetros, y de destruir casi por completo la imagen institucional de Curicó Unido. “Después otras directivas, como la de un señor de Teno llamado Lucas Barra y otros más, dejaron como dos millones y medio de deuda. Los que dejaron la deuda, los responsables, fueron Barra y Pérez de Arce”, sostiene con firmeza Rojas, en relación a los responsables directos de la debacle del club durante la década pasada.

Hace algunos años, debido a recomendaciones médicas Edmundo Rojas tuvo que dejar de asistir al estadio, aunque hasta el día de hoy sigue escuchando por radio los partidos del “curi curi”, acompañado de una “radio chiquitita que tiene más de 37 años”.

“Tengo muy bonitos recuerdos de Curicó Unido. Mucha gente cuando me ve por ahí me ataja, y muchos me vienen a pedir antecedentes, porque tengo muchas fotos, los estatutos, y todas esas cuestiones. Pero yo siempre trabajé sin ningún interés ni nada, incluso a mi me costó mucha plata; y usted me va a creer que no tengo ni un recuerdo de los clubes, porque los recuerdos quedan aquí (apunta a su cabeza)”. Edmundo Rojas Cornejo vive su vejez con la tranquilidad de haber cumplido a los desafíos que la vida le puso, y recordando siempre sus apasionados momentos de dirigente deportivo, que lo llevaron a quedar de forma inalterable dentro de las páginas de la historia de ese viejo sentimiento… llamado Curicó Unido.

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