Luis Marcoleta, DT de Curicó Unido: “HOY ESTOY IDENTIFICADO CON CURICÓ PLENAMENTE”

fuente foto: curicounidoenelcorazon.cl

Muchos lo consideran un “gurú” de la Primera B; otros, como un entrenador demasiado defensivo. Lo cierto es que Luis Marcoleta es un hombre con historia en el fútbol profesional chileno.

Como jugador profesional sus primeros pasos los dio en Deportes Antofagasta (luego CDA), para luego pasar por diversos clubes como Magallanes, América de Cali (Colombia), Audax Italiano, Deportes Iquique, Palestino, Huachipato, Lozapenco y Deportes Valdivia. En este último club se transformó en goleador histórico, luego de marcar 37 goles.

El inicio de su meteórica carrera como director técnico se inició en tercera división, dirigiendo precisamente a Deportes Valdivia. Luego pasó por instituciones como Talcahuano, donde logró el ascenso a Primera B en 1999; Universidad de Concepción (2000); Deportes Antofagasta, donde estuvo a un paso de lograr el ascenso a Primera División en el año 2002; Unión La Calera (2003); Deportes Concepción (2004); y Ñublense, institución con la que logró obtener dos ascensos en menos de tres años, dejando a la institución chillaneja en primera división.

Este año Marcoleta se hizo cargo de Curicó Unido, institución con la que obtuvo el título del Torneo de Apertura de la Primera B; título que por cosas de nuestro fútbol aún no asegura su ingreso a la división de honor. Memorialbirroja habló en exclusiva con Luis Marcoleta, para conocer más sobre su vida, y también por cierto, de lo que ha sido su trabajo al mando de la institución de la Banda Sangre.

INFANCIA: La decisión de ser jugador de fútbol

- ¿Qué recuerdos tiene de su infancia?

- Que la viví íntegramente en Antofagasta. Me recuerdo de haber vivido en la población Oriente, donde jugué por un equipo de la población mi etapa infantil; recuerdo también mi etapa infantil-juvenil donde practicaba mucho basketball, mucho waterpolo y también fútbol. Así que fue una infancia muy normal, muy recordada, porque estuvo llena de cosas deportivas por sobre todo.

- ¿Cómo se fue gestando la decisión de ser jugador de fútbol?

- La verdad es que yo estoy en el fútbol por culpa de mi papá. Fue él quien entre comillas me obligó a ir a probarme, porque yo amaba el basketball, jugaba mucho y tuve también la oportunidad de ser seleccionado chileno infantil. Entonces me dedicaba prácticamente a entrenar basketball, los días sábados jugaba y cuando terminaba mi papá me esperaba para llevarme a jugar fútbol por el equipo de él. Así que fue una decisión muy compartida, más que nada obligatoria, pero feliz de haber hecho eso, porque a insinuación de mi papá tuve la posibilidad de ir a probarme, y a los 17 años ya estaba debutando en el fútbol profesional en primera división en Antofagasta. Así que si viene cierto costó un poco tomar la decisión, hoy en día la agradezco plenamente.

- ¿Qué sentimientos recuerda de su debut como jugador profesional?

- Fue un partido contra Cobreloa por la Copa Chile, y obviamente Cobreloa era un equipo muy potente como siempre lo ha sido. Yo tenía 17 años, debutaba con mucha gente en la galería; fue un muy bonito debut, porque tuve una muy buena participación, con mucha personalidad futbolística y en ese sentido creo que salí bien parado. Fue un sueño y un anhelo cumplido, recuerdo que un compañero de equipo me había dicho que lo del día domingo era más fácil que el entrenamiento, y creo que lo comprobé porque obviamente se dieron todas las condiciones para hacer un bonito debut.

- ¿Fue cabalero durante su época de jugador?

- Bueno hay dos instancias. Una cuando yo no conocía la existencia de alguien llamado Jesucristo, de alguien en quien tener fe. Pero antes de eso sí fui cabalero, tenía mis cábalas y una serie de cosas…

- ¿Qué tipo de cábalas?

- Entrar con el pie derecho, persignarme, que sé yo, lo que hacía el día antes y me iba bien el día del partido lo repetía, porque creía que había algo. Pero paulatinamente fui dándome cuenta que eso más que nada era inseguridad, y así mi cábala se transformó en fe y fui entendiendo que uno tiene que creer solamente en Jesús para poder desarrollar una vida integral lo más honesta y limpia posible.

- ¿Cómo se afronta entonces la contradicción de por una parte seguir a Jesús, y por otra enfrentarse a una verdadera “batalla campal” durante los 90 minutos?

- No hay contradicción, yo creo que es todo lo contrario. Uno tiene que batallar de acuerdo a lo que corresponde, con buenas armas, con armas lícitas; uno tiene que luchar y defender lo suyo, y en ese sentido cuando a mi una institución me contrata, en este caso Curicó, yo lo voy a defender a brazo torcido y voy a pelear, cuando algo es injusto lo voy a reclamar, como a su vez cuando veo que algo es justo para el rival lo voy a respetar. En ese sentido soy un guerrero, yo defiendo a los míos y a todo lo que creo que es justo para nosotros, como también lo injusto lo repelo.

- Pero en el fútbol es casi inevitable caer en el apasionamiento…

- Obviamente cuesta mantener un equilibrio y una conducta, más todavía en mi rol de líder, que de ahí para abajo tengo que ser ejemplo en todo, pero obviamente el fútbol tiene tanta pasión y adrenalina que uno por ahí puede cometer más de un error, pero gracias a Dios él me ha dado la capacidad para pedir disculpas y corregir mis errores cuando los cometo.

NACE LA VOCACIÓN: Ser Director Técnico

- ¿Siempre estuvieron las ganas de ser, a futuro, director técnico de fútbol?

- No, porque nunca me proyecté en eso. Yo dejé de jugar relativamente joven, a los 31 años, incluso pasaron un par de años y todavía me llamaban para contratarme, pero yo ya había tomado una decisión. Entonces antes de retirarme, los dos últimos años, empecé a hacer los cursos de iniciador-monitor donde me fue bastante bien, lo que me permitía hacer el curso siguiente, entonces tenía los cursos ahí pero no los desarrollaba. Una vez que dejé de jugar me pregunté si tenía la vocación, entonces empecé a trabajar con niños en escuelas de fútbol, y ahí vi que me gustaba y que los niños recepcionaban de buena manera la enseñanza; ahí empezó el gustito de que sí había complemento entre lo que yo tenía en mi mano, que era ser entrenador, y la práctica. Nunca hubo una vocación programada, sino que paulatinamente fui probando si había vocación o no.

- Usted se inscribió en la historia del fútbol chileno, luego de lograr dos ascensos subiendo a Ñublense de tercera a primera división en menos de tres años, ¿cómo se logró algo que parecía imposible?

- Fue una experiencia y una enseñanza muy linda, porque indudablemente no era fácil la tarea, recibir a un equipo en tercera división, sacarlo campeón en tercera y luego subirlo desde primera B. Cuando hay un trabajo generalizado donde cada uno hace su aporte, obviamente que se facilitan las cosas, independiente de que haya ciertas falencias, pero el mérito es por sobretodo la convicción y darle un profesionalismo a lo que tú tienes. Alguien puede venir y decir esto no es profesional, pero es uno quien transforma el lugar y lo hace profesional.

- Un aspecto central del fútbol tiene que ver con la sicología deportiva, ¿cómo maneja usted eso dentro del grupo de jugadores?

- Para mi la parte sicológica con el jugador es vital. Sin ser un erudito ni un experto, creo que el técnico tiene que manejar todas las áreas correspondientes y ser un profesional lo más integral posible, y dentro de eso obviamente tiene que tener ciertos conocimientos de sicología; y por sobre todas las cosas limpiar la mente del futbolista, enderezarla, pautearla, y en ese contexto creo que hemos sido buenos en esa área, porque le hemos sacado provecho a muchas cosas que hemos podido realizar, como la utilización de videos motivacionales, de modo que entiendan que no son futbolistas todo el día, para que comprendan que tienen otros roles que deben saber cumplir a cabalidad. Porque ser futbolista es solo una parte de nuestras vidas.

- Una práctica institucionalizada por los técnicos era el tenis-fútbol en desmedro del trabajo táctico en cancha, ¿concuerda usted con la idea de que hubo mucho chacoteo en el fútbol chileno en décadas pasadas?

- Obviamente, yo en ese sentido estoy de acuerdo. Yo lo viví como futbolista y como técnico, por lo que en lo personal aspiro y anhelo ser lo más profesional posible, y le exijo el mismo profesionalismo a mis colaboradores, a los jugadores, a los dirigentes, y a todo el entorno que procure ser profesional, porque en la medida que nosotros seamos profesionales esta actividad se va a dignificar, va a crecer y se va a ir terminando la chacota. No es malo el tenis-fútbol, pero tiene que estar dentro de una programación y de una planificación que le permita al equipo seguir avanzando y creciendo.

2009: Su trabajo al mando de Curicó Unido

- Cuando llegó a Curicó de lo primero que se ocupó fue de la conformación del bloque defensivo, ¿cuál fue el motivo de esta preocupación?

- Como yo fui delantero quería siempre atacar y ojalá con el máximo de gente, pero paulatinamente en mi rol de técnico he ido aprendiendo que el equilibrio es muy importante, no solamente en el fútbol sino también en la vida. El primer paso para llegar a Curicó era consolidar la defensa para que no me hagan goles, y una vez consolidada la defensa empezar a ver como se iban a elaborar los goles, y después como los vamos a finiquitar. Y ese ha sido el trayecto, en el primer torneo con ese concepto nosotros logramos ser campeón, y en el segundo torneo obviamente los equipos ya nos han estudiado, por eso nos ha costado un poco asimilar este nuevo planteamiento, que sí nos ha dado resultados en este último tiempo.

- En el año 2004 usted obtuvo el título de Tercera División dirigiendo a los archirivales de Curicó (Ñublense), y sin embargo este año logra un campeonato para la institución albirroja. ¿Qué siente ante una situación tan especial?

- Sí, más todavía por esa rivalidad que se produjo entre Curicó y Ñublense, y obviamente por como se dieron las cosas uno adquirió un protagonismo que no debería ser, pero uno adquirió un protagonismo precisamente por lo que decía anteriormente, por que yo defiendo a brazo partido a la institución que me contrata, y quizás eso me lleva a identificarme mucho con las instituciones, como fue el caso de Ñublense. Pero hoy yo estoy identificado con Curicó plenamente.

- ¿A qué factores atribuye el bajón futbolístico evidenciado por Curicó durante la tercera rueda del campeonato?

- Bueno hay varios factores. El primero es que en la segunda parte todos los rivales están peleando algo, los que están atrás están peleando por no descender, los que están en el medio por ganar este torneo para ir a la definición con el campeón del torneo pasado que fuimos nosotros, y está la lucha por la tabla general… entonces el torneo está muy parejo y nadie da ventajas. Otro factor importante es que el plantel campeón del apertura cuenta con Daniel Briceño, Leonel Romero, Sergio Moreno, Jonathan Núñez, sólo por nombrar algunos, que no habían tenido una continuidad en un torneo, ni han tenido el protagonismo de este año, porque Curicó ya lleva más de 7 meses en el primer lugar, y obviamente a jugadores que no han tenido continuidad en un momento determinado les pasa la cuenta la parte física y la parte sicológica. También está la baja de los rendimientos individuales, que se trasuntan en el rendimiento colectivo del equipo.

- ¿Es una motivación para su cuerpo técnico contar con la fidelidad que partido tras partido demuestra la hinchada curicana?

- Sí, es una motivación pero por sobretodo también un reconocimiento, a una barra fiel y leal que siempre ha estado estimulando a los jugadores. Yo mentiría si he escuchado algo generalizado en contra de los jugadores, he escuchado silbatinas y algunos gritos particulares, pero siempre algo fácil de detectar más que algo generalizado en contra del equipo. Siempre ha habido aplausos y comprensión, y en ese sentido creo que es una motivación, pero por sobre todas las cosas es un reconocimiento a esa gente que ha sido tan fiel con esta institución.

- Usted le ha entregado a la institución una alta dosis de profesionalismo que se agradece, en ese sentido e independiente de los resultados: ¿estaría dispuesto a seguir en el club en 2009?

- Depende de muchas circunstancias. Yo estoy enfocado netamente en, ojalá Dios mediante, subir a primera división en forma directa, si no es así pelear la final como campeón del Apertura, y si no es así pelear la opción de la liguilla. Tenemos tres opciones, pero queremos pelear la opción de subir de una, y después de eso vendrá toda una reestructuración, y habrá que ver cuáles son los objetivos, quién es el directorio que sigue, cuál es el método a trabajar, hay tanta cosa que analizar, porque obviamente primera división es otra cosa.

- ¿Se siente cómodo en la ciudad?

- Yo me siento pleno y muy satisfecho, y muy respetado, que es algo que yo valoro mucho en la gente, porque ellos han respetado primeramente a la persona y luego al profesional, y cuando me respetan esas dos áreas para mi es sentirme cómodo y pleno en la ciudad, por lo que me tiene contento el hecho de estar aquí.

- Ayer (17 de septiembre) fueron desafectados cuatro jugadores del primer equipo: Leonel Romero, Rodrigo Cáceres, Marcos Sepúlveda y Jonathan Varas. ¿Cuáles fueron los motivos de la decisión?

- Fue una decisión técnica, y el canal que va a dar esa información va a ser el presidente. Todas las decisiones técnicas me corresponden a mí, y todas están reflexionadas, analizadas, investigadas y ratificadas. No hay nada al azar.

- Tomando en cuenta que queda muy poco para el fin del campeonato, ¿qué mensaje le enviaría a los hinchas curicanos?

- Mi mensaje iría no a los que vienen siempre. A los que vienen siempre les envió un mensaje de agradecimiento por el apoyo constante, y gracias por el respeto y por querer tanto a esta institución, porque uno lo percibe; y espero de aquí a lo que nos queda de año poder darles otra satisfacción con el ascenso a primera división. Y para los que no han llegado todavía, que son hinchas de Curicó pero que solamente están en el éxito, decirles que crean en el proyecto, que crean en lo que estamos haciendo.

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