Días atrás un compañero de universidad me hizo una pregunta que se veía simple, pero que al cabo de unos minutos se transformó en una verdadera instancia de reflexión. ¿Qué sientes por Curicó Unido? me preguntó el querido Dani, con una sonrisa grande y una mirada de niño travieso. Y era obvio, ese pelado ama el fútbol, y por ello sabe lo que puede llegar a significar un club en la vida de un hombre.
Traté de responder, mientras el rec de la moderna grabadora se preparaba para inmortalizar ese momento, y dejar para la posteridad mis respuestas a esa pregunta tan rotunda y simple, pero a la vez tan profunda.
Primero dije, el Curi es todo, el Curi es mi vida, el Curi es una forma de ser, y muchas cosas por el estilo. Pero luego pensé con esmero, así como cada verso que Galeano le dedica al fútbol y a las venas abiertas que el proyecto moderno dejó en nuestra Latinoamérica. No podía ser tan populista, tratar de buscar el camino facilista de la pregunta contestada con frases hechas, tratando de abarcarlo todo. No.
A lo largo de mi vida -que espero sea larga-, afrontaré una serie de nuevos retos y sentimientos, que me harán ver mi existencia de una forma muy diferente a como la veo hoy. Por esto, traté de pensar que sentía por el Curi no desde la inmediatez, sino desde lo más profundo de mi corazón y mi existencia. Era un compromiso conmigo mismo, y a la vez, una responsabilidad ante el club que prometí seguir a sol y sombra.
No podía ordenar palabras en mi mente sin primero recordar. No sé porqué, pero uno siempre tiende a recordar lo triste. Fue así como me vi parado en el codo este del estadio Nelson Oyarzún de Chillán, sintiéndome libre al agitar las banderas albirrojas y también parte de una historia, que se escribiría en ¡tan sólo! 120 segundos. Pero en los descuentos llegó el gol de los chillanejos, el grito apasionado de ese clásico rival, que se encargaba de recordarnos que la alegría y el grito de campeón parecían una utopía dentro de la historia albirroja.
Esa derrota marcó mi vida. Esa noche llegue a mi casa ofuscado. Con mi energía de adolescente me entregué a la cama para llorar con fuerza, sin parar; con lo que se había visto esa tarde en la cancha y el arbitraje, tenía la completa certeza de que la historia una vez más no sería nuestra. Y así fue, con el triunfo en Chillán los rojos habían asegurado un partido de definición en Linares, donde los nuestros perdieron categóricamente.
Se terminaba de escribir una nueva página de la historia. De nuevo mordíamos la tierra y quedábamos relegados a ser nombrados en la nota al pie de página. Una vez más, inmortalizados en la historia de los perdedores, de los olvidados.
No olvidaré jamás mi rostro reseco bajo las galerías soleadas de Linares. Mientras algunos malparidos botaban las banderas albirrojas al suelo tras la derrota, yo las recogía con los ojos llenos de dolor más que de lágrimas, al tiempo que mi polola trataba de consolarme. ¡Y no! Esa tarde recogí cada bandera, con la estirpe y la mirada en alto que todo buen hombre demuestra en los momentos difíciles.
Ese partido me marcó con fuego. Al ver aquella humilde bandera rojo y blanco chocando con el barro, me juramenté tomarla y guardarla hasta el fin de mis días, es así como hasta el día de hoy la conservo. Mientras caminaba al bus pasaban por mi cabeza mil imágenes: los niños sonriendo junto a sus padres, los ancianos agitando banderas y disfrutando del tenue viento de aquella tarde, los hinchas sobre la reja gritando su amor a los colores.
El Curi puede no serlo todo, pero desde esa tarde me di cuenta que ya me había puesto la camiseta debajo de la piel, que la tendría adosada a mi cuerpo para toda una vida. Hay momentos en que los sentimientos superan a la razón, y hoy es uno de ellos. Curicó Unido, mi querido “Curi Curi”, quiero que mis hijos y nietos te vean y se sientan orgullosos de ti. Sueño con uno de mis hijos moviendo una bandera, comiendo una empanada caldua, y disfrutando de estar en la cancha, allí y en ese único momento. Que me mire a los ojos con inocencia y me diga: ¡gracias viejo! Después de eso Curi, te lo juro, no te pido nada…
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DATO HISTÓRICO: La final de desempate a la que se hace alusión en esta crónica, se jugó el 28 de diciembre del año 2004 en el Estadio Fiscal de Linares. El resultado fue 2 a 0 a favor de Ñublense, quién finalmente ascendió a la Primera B en calidad de club invitado.
¡Ahora la idea es que TÚ puedas postear, compartir esta crónica y expresar lo que sientes por CURICÓ UNIDO!
10 comentarios:
Quizas al dejar llevar los dedos en el teclado, se escapen palabras y no se lleve a cabo, lo que se intenta explicar, preguntar a un hincha apasionado, que es lo que siente por su club, se presta para que el que se cree cuerdo y correcto, se mofe de lo que facilmente se puede denominar, locura en el tablon, transtorno emocional, poca cultura, escape emocional del marginalismo y el sin fin de epitetos, que algunos aguzados nos quieren dar.
Preguntar lo que siento por Curico Unido, es algo que se define en mas de algún mural albi-rojo, " NO SE EXPLICA, NI SE ENTIENDE, SOLAMENTE SE VIVE Y SE SIENTE " increiblemente no hay explicación logica, para seguir a un equipo como bien es sabido, mucho mas perdedor que ganador y de seguirlo, que manera de seguirlo, agotando medios economicos, escapando del trabajo, de la reunion familiar, del cumpleaños de uno de tus hijos, de tu aniversario de bodas, a modo de anecdota deje de ir al funeral de mi suegro, por ver el partido entre el Curi y los Transa, en ese historico 2005, o como la vez en que viaje en bus desde Pto. Montt parado hasta Valdivia, hice escala en un proyecto de bus hasta Temuco, de alli segui el periplo, hasta llegar a Curico, para estar ese Sabado lluvioso, en el Fecal de Talkk, junto a la gran familia Curicana, como recordaran los que fueron, fuimos devueltos a la altura del peaje de Camarico, los amargos pidieron no jugar ese dia, voli a ir ese triste Domingo y nos boletearon 3 a 1, llegue a mi casa tome el bolso y vuelta a Pto. Montt, estaba molesto y dolido, por que habiamos perdido con esos amargos glotones, tenia dolor en el alma, tal cual como en la derrota de la final del 2004, contra los innombrables, despues de sacudirme de esa derota, segui viajando sin perder la esparanza de ver a mi Curi campeón, jamas imagine que estaria pidiendole a mi Dios, que por favor no nos dejara caer nuevamente al Limbo de la tercera, abraze tan fuerte como pude, a mi fiel amigo en el estadio, cuando le ganamos a Copiapo y aseguramos la permanencia en la B.
Ser hincha de Curico es eso, ser sufrido, maltratado por nuestros pares de otros clubes, por el solo hecho de no haber estado nunca en el sitial de honor, del futbol Chileno y sin embargo ser los mas fieles, que equipo no se quisiera una hinchada como la nuestra, la mas viajera de la B, completamos el año 2007, segun cuenta de Marginales, la no despreciable cifra de 16.000 kilometros tras el Curi, arriesgando golpizas, asaltos, detenciones injustificadas por parte de carabineros, mascando derrota tras derrota y me preguntas ¿ que es lo que siento por Curico Unido ? ahi esta la respuesta.
NO SE EXPLICA NI SE ENTIENDE, SOLAMENTE SE VIVE Y SE SIENTE.
la verdad es que muchos no logran entender lo que sucede con este club. Cuantas veces hemos sido burlados por este gusto? gusto extraño y no de masas.
Sé que es dificil explicarlo, o màs bien de tratar de darle cierta cientificidad a los intentos por interpretar esto, pero la realida supera toda teoría y toda ficción.
Mi querido Rafa, felicito tu iniciativa, sé que muchos se sumaran a esta cruzada por dejarnos hablar de futbol, de hinchada, de amigos hechos en el estadio, pero no sólo del ahora sino de esos recuerdos desde pequños en que ibamos a la granja, cuando los viejos, nuestro papà y tios nos hacían almorzar temprano para llegar...
No sabes lo feliz q me pone saber que el Curi marcha bien, pero no por el momento exitista que vivimos, sino por los años de años en que acompañamos al equipo literalmente jugando en el potrero.
Un abrazo grande a la distancia, y curicanos ahora y siempre!
el curi es lo mas grande
A veces trato de explicarme el porqué de esta pasión, como de ser un niño como cualquier otro, me veía envuelto en un sistema que hasta ese instante no era el mío. En ese momento nunca me lo pregunté, muchas veces tuve que cargar con las burlas de familiares y amigos que simplemente te miraban como un completo loco de la cabeza que domingo a domingo "perdía" un día de su vida en ver a un equipo que por muchos años fue la "mofa" de toda una ciudad, aunque en ese momento lo mejor era hacerse el desentendido y soñar en que esté día iba llegar.
No era fácil, lo admito, pero contra esta enfermedad ni el mejor médico podría sanarme, ya que desde ese momento yo mismo elegí morirme con mi “querido mal”. Mi mente sólo me decía que tuviera paciencia, que siguiera adelante, que luchara hasta la muerte por mi objetivo, que este era el club de mi vida y que lo iba a alentar pasara lo que pasara, de hecho el "descenso" no me interesa, porque cuando uno ama de verdad, se ama en las buenas y en las malas.
En ese momento, puedo decir que orgullosamente se amaba en las malas y creo que hasta ahora esos han sido los mejores recuerdos de mi vida, cuando yo en mi ingenuidad viajé por primera vez y me di cuenta que tenía una nueva familia que iba a estar conmigo en todas. Los momentos malos lentamente quedaban atrás, de hecho, a veces ganamos de visitante y con partidos que hasta ahora puedo recordarlos porque eran de esos partidos donde se veía claramente como esos jugadores, que ni siquiera recibían remuneración, mojaban la camiseta con el corazón y se entregaban hasta la muerte en la cancha.
Cómo olvidar aquella vez en Constitución, el Estadio Enrique Donn era el escenario del fútbol. Nuestro querido Albi-Rojo caía 0-2 en un lindo día soleado de abril, pero nada estaba perdido, la esperanza de unos cuantos curicanos que llegamos a esa cancha se mantenía en pie, el partido se terminaba y logramos un empate agónico por 2 a 2, con un golazo de Fabián Martínez, sí, el "FabiGol". Después de ese gol mi sentimiento con este equipo se comprometió para toda la vida, justo en el instante en el que el arbitro pitó el final, cuando mis ojos se inundaron y me di cuenta que lloraba gracias a una emoción y un orgullo gigante, que las alegrías que buscaba mi vida empezaban a llegar. No iba a ser fácil y en ese entonces se escuchaba que era la última oportunidad para esta institución que luchaba por seguir existiendo, con la que sufríamos cada verano cuando nos decían que no seguiría el próximo campeonato.
Esos veranos eran interminables, sólo quería que acabaran para poder estar nuevamente en el tablón, me hacían falta los colores. Los años pasaban y me di cuenta de que esa hinchada, de 15 o 30 hinchas había salvado al club, a ellos que estuvieron antes que yo les voy a estar agradecido por siempre.
Después de una lucha de años, este proyecto empezó a dar frutos. Los triunfos empezaban a llegar y podíamos sentirnos no sólo grandes en sentimiento y pasión, sino que también nos sentíamos grandes dentro de la cancha y la asistencia aumentaba y esta hinchada marcaba un precedente de lucha y esfuerzo que nunca se había visto en nuestra ciudad, al fin empecé a creer que nuestro sueño inolvidable se podía hacer realidad y que solo dependía de nosotros. Sentía que sólo había que esperar, sólo había que creer y luchar, que iba a poder sentirme orgulloso de ver al equipo de mi vida dando la ansiada vuelta olímpica, aunque yo sabía que esta lucha de fácil no iba a tener nada, incluso a veces pienso que es Dios, o talvez Satán quien me ponía esta difícil prueba para que le demostrara que yo sí amo de verdad.
A veces recuerdo ese fatídico 28 de diciembre del 2004, pero no sé si sentirme mal, o sentirme orgulloso del grupo de personas que estaba a mi lado, de toda esa gente que como yo veía como en frente de nuestras narices levantaban la copa de campeón que nosotros ansiábamos con todas las fuerzas, pero yo cantaba, mis amigos al igual que yo lloraban de pena por el momento, pero a la vez me sentía orgulloso y conciente que había colaborado a dar un gran salto para el club y que ya vendrían más oportunidades que no dejaríamos nuevamente escapar.
Este año, ciertamente estaba sereno, no quería volver a caer en los mismos errores del año pasado, no quería confiarme de ninguna manera, pero por supuesto, con mi fe intacta.
Creo que incluso llegué a estar preocupado de lo que podría pasar, pero sabía que mi lucha sería un importante aporte para conseguir un objetivo. Estas palabras se que parecen una biografía personal, pero se que tu te sientes tan identificado con mi historia, creo que a ti también te pertenecen, a ti, que estuviste en esos momentos malos y que también soñabas como yo.
De seguro este día lo recordaremos por el resto de nuestra existencia, y te aseguro, será uno de los días más felices que podamos recordar así como no podremos olvidar nunca la lucha que se dio por que este momento llegara, por entregar una alegría a tanta gente, pero más que eso, regalarnos a nosotros mismos este día inolvidable. Tal vez en este momento estarás celebrando, o quizás llorando al igual que yo, en este momento en el que vuelvo a repasar las secuencias más lindas de mi vida y que hoy se coronan para ti también. Disfrútalo como nunca, porque te lo mereces por todo ese aguante, por todo el amor que has dejado por tantos años de tu vida.
Les agradezco a cada uno de ustedes, amigos, por ser participes de mi sueño, ese sueño tan ansiado que hoy me hace gritar libremente al igual que ustedes, por fin, Curicó-Unido Campeón.
Escrito el 16/11/05
(5 partidos antes de coronarnos campeones)
Sin duda estoy de acuerdo con carolina, esta pasión que la gente no puede entender y mas aun la encuentran ridicula, lo que creo que sienten esas personas es envidia de ver a gente tan felices que apoya a un "equipo chico de regiones", pero que sin duda por su gente, por su hinchada por la calidad de perswonas que lo siguen es más que un club deportivo, es un forma de vivir la vida.
yo estudio en santiago y cada vez que llego contando sobre le curi mis compañeros me quedan escuchando y no pueden entender como esa pasion, esa fidelidad es tan ferrea, sin duda, estamos todos de acuerdo que el CURI le hace muy bien al futbol chileno y más aún me hace bien a mi...!!!
Vamos siempre con la cabeza en alto, nunca mirar pa atrás ..siempre adelante que el Curi es mi vida y mi pasión!!
Escelente iniciativa Rafael, felcitaciones!!!
Curicó Unido se viene con todo y es un orgullo para todos los Curicanos repartidos dentro y fuera de chile.
ta weno el blog rafael, dale asi nomas
el proximo sera cuando el curi ste en 1era po
hasta ahora vamos rebien
la mejor camiseta es la 1era lotto cuando subio a 2da division el curii,
cuidate man, nos vmos
primero...felicitarte por tu excelente blog, ademas se nota que te has esforzado por averiguar la historia del "curi", no soy un fan del curi, pero espero que le vaya muy bien, asi lo puedo ver en 1 division contra la catolica, segundo... hacer un autocritica a los llamados "fan" del curi, que de fan no tienen nada, solo un monton de gente populista, espero que cambien la mentalidad de esta ciudad(sobre todo los de los fan) y que la gente siga al curi de verdad, a la gente que alienta transpira sufre con el curi, no para ir a modelar al estadio.
un abrazo rafa y bien bueno tu blog
Sin duda, un excelente trabajo de parte tuya Rafael. Muy profesional e interesante, jamás había visto camisetas tan antiguas y es destacable que consiguieras tan difíciles fotografías. Tu sabes lo importante que es para la gente de Curicó su equipo de fútbol, me alegro que le dedicaras tu tiempo y creatividad.
Con respecto al artículo,creo que obviamente la camiseta preferida y más recordada es la del 2005, porque con esa se logró el ansiado ascenso a primera "b" y que tantos años nos costó como ciudad.
Esperaré con ansias la segunda parte del artículo, felicitaciones por tu muy buen trabajo, sigue asi! pues sin duda es un gran aporte para todos aquellos curicanos que llevamos al albirrojo en nuestro corazón! Nos vemos en 1ra.!
FUERZA CURI! AWANTE MARGINALES!
con esta historia me identifico mucho porque este fue mi primer partido, mi primera vez en el estadio alentando al glorioso CURI, que lo conocí con la persona más apasiona del fútbol que he conocido...con Rafi. yo en ese tiempo no comprendía mucho esa pasión, solamente lo veía cuando jugaba la roja. cuando fui a linares a ver la final con ñublense, me sentí en un lugar donde todos eramos iguales, donde todos ibamos por la misma razón, todos ibamos por el mismo sueño... salir de los potreros y ser campeones, pero no, no pudimos subir a segunda y fue ahí la primera derrota que veía en vivo y en directo. yo veía a mi pololo destrozado, con mucha pena y lo consolaba... y fue en ese momento que comprendí el porque de esa pasión. yo rafa te doy las gracias por haberme enseñado al curi, por haberme contagiado de esa pasión que vengo siguiendo desde ese año..2004 y que ahora lo puedo ver en primera y decir orgullosamente: yo he seguido al curi de los potreros, no tanto como tú pero también viví tristeza, rabia, alegrías, pero sobre todo...tener un equipo que no queremos que se muera nunca porque es el que nos trae los sentimientos más encontrados que un curicano puede tener...
curi:siempre serás la razón de mi existir...como dicen po ahí
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