lunes, 27 de octubre de 2008

Un homenaje para los que estuvieron siempre: Los Marginales

Hoy es un día especial para nuestro club. Somos campeones y las celebraciones durarán días, semanas, meses. Somos el centro de la atención futbolera nacional, y seguramente con el paso de los días cada vez será más común que nuestra institución aparezca en la TV, en los diarios, en fin...

Podemos gritar que estamos ¡en Primera! y sentirnos con justa razón orgullosos del triunfo que hemos construído entre todos. Sin embargo, no podemos olvidarnos de nuestros momentos duros, de esas 15 temporadas en Tercera, donde lentamente se empezó a hacer realidad un sueño.

Recuerdo esos díficiles momentos de fines de la década del '90, donde cada temporada vivíamos en la incertidumbre de no saber si el club jugaría al próximo año. Allí, en ese instante, cuando a La Granja iban 100 personas, cuando bajo la lluvia eran solo una decena de paraguas albirrojos luchando contra un destino oscuro, estaba un grupo de jóvenes dispuestos a jugarse la vida por su club, por sus colores, por una ilusión que nadie podía quitarles.

Eran "Los Marginales". Esa hinchada que surgió para darle dignidad al fútbol local, para demostrarle a toda una ciudad que había que luchar por lo nuestro, por Curicó, por nuestra gente. Era la hora de tomarse de las manos, de unirse, para revivir a un club que ya parecía tener fecha de muerte.

Fue en el año 1998 cuando nacieron oficialmente "Los Marginales". Un grupo de jóvenes, y otros no tanto, dispuestos a llenar la ciudad de alegría, de cánticos, de trapos... de VIDA. Había que despertar a los curicanos para demostrarles que la fuerza estaba en ellos mismos; en la unión, en agruparse para luchar por un objetivo común: devolverle a Curicó la pasión por su equipo de fútbol, por el glorioso "Curi Curi".

Todo empezó de a poco. Unas banderas, el lienzo de Marginales, el bombo, y las ganas de dejar todo por el Curi, por ese equipo que luchaba por mantenerse en la tercera división. A punta de sacrificio y esfuerzo, estos muchachos dejaron todo por sus colores. Miles de kilómetros, hambre, siestas en plazoletas, represión policial... ¿y qué? al marginal le daba lo mismo, porque se trataba de luchar contra todo, para ver al equipo rojo y blanco representando a la ciudad en cualquier cancha del país.

Por estos días todos serán hinchas del Curi, y el próximo año aparecerá en el estadio gente que probablemente nunca creyó en el sueño. Esto no es malo, porque nos permite que más personas se acerquen al club, lo conozcan, y se den cuenta de lo importante que es para nuestro pueblo. A pesar de ello, no debemos olvidarnos nunca de "Los Marginales", de ese grupo de personas que dejó todo de lado para seguir al Curi, para despertar a una ciudad que parecía dormida, y para edificar hermosos sueños sustentados en la locura y el sentimiento.

En un día tan especial como hoy, que ha sido testigo del triunfo de todo el pueblo albirrojo, es un deber para nosotros realizar un sentido homenaje a "Los Marginales", pero no a los que usan el nombre como moda, sino que a los miembros que estuvieron siempre, a los "históricos". A ese grupo de personas que dejó todo sin exigir nada a cambio, y que ahora ve con orgullo como aquel sueño imbuido de locura... finalmente se hizo realidad.

Fuente fotos: geocities.com/vamoscuri

miércoles, 22 de octubre de 2008

III Parte y FINAL. Entrevista con LUIS MARTÍNEZ, goleador histórico del Curi.

Luego de pasar inadvertido el año 1986 luego de jugar por Deportes Laja, Luis decide retornar a Curicó. En la ciudad de las tortas el “9” era querido por todos, debido a la entrega y compromiso que siempre mostró defendiendo la camiseta albirroja.

“La gente era increíble. Yo estuve en varios equipos y en todas las ciudades que estuve me trataron súper bien, pero Curicó es otra cosa. El respeto y el cariño que la gente le tiene a uno es una cosa que no he visto en ninguna otra parte. Yo soy de Santiago y acá la gente me respeta y me quiere, pero en Curicó fue extraordinario; es un cariño que no se consigue en cualquier parte”, dice Luis recordando el gran cariño que los curicanos siempre le han demostrado.

El goleador estaba feliz de volver a la que a esas alturas era “su tierra”. La gente lo quería y se lo demostraba; pero a nivel directivo las cosas seguían como siempre: sueldos impagos, falta de ropa para trabajar, entre otras falencias. Pero Luis tenía la esperanza de que vendría un futuro mejor, por ello aferraba entre sus manos a “Santa Gemita”, esa pequeña virgen que lo acompañó siempre, tanto en los desafíos deportivos como en las dificultades que la vida le puso.

- ¿Cómo eran los entrenamientos?, ¿había recursos para trabajar?
- Se trabajaba harto, pero con muy pocos materiales. Nunca teníamos los sueldos al día. Incluso, el tata (ex utilero del club) hacía milagros con la ropa. No teníamos ni ropa para jugar y entrenábamos con ropa de nuestra casa. El club tenía mucho cariño, pero no lo material. Ahora yo le puedo preguntar a un jugador del Curi si tiene ropa limpia para entrenar, y no podrían decir que no la tienen. La otra cara de la moneda. Y mi consejo –en buena onda- es que le pongan corazón, porque pueden ser muy buenos, pero si no tienen corazón para ponerse la roja y blanco, no van a llegar a ninguna parte.

- ¿Qué recuerda de su hermano, Juan “el mono” Martínez, quien también es considerado un ídolo en Curicó?
- Curicó siempre tuvo buenos arqueros. A mi hermano le faltó lo mismo que a mí, le faltó suerte para haber estado en otros equipos más grandes. En comparación a todos los arqueros, yo creo que puede que sea el mejor de los arqueros que haya pasado por Curicó, hablando de los más actuales.

- Teniendo usted 28 años, en 1988 fue sondeado por Colo Colo. ¿Qué pasó que finalmente la transferencia no se concretó?
- Yo conversé con Jorge Vergara, el gerente técnico, y Arturo Salah, que era el técnico del equipo y necesitaba refuerzos. Habían dos posibles jugadores para el puesto: Juan “el diablo” González de Magallanes, y yo. Yo tenía que venir a Santiago, pero no fui porque esperé que ellos me contactaran. Después apareció Eugenio Julio, otro goleador de Segunda que venía de Coquimbo, quien finalmente quedó y jugó la Libertadores. Yo firmé en Iquique y así me fui a Primera.


VUELTA A TERCERA
Luego de jugar por Deportes Iquique el campeonato de primera división de 1989, al año siguiente Luis recala en otro puerto cercano: Antofagasta. Tras su paso por el norte, en 1991 el delantero firmó por Audax Italiano (club al que volvería en 1993); y al año siguiente se puso la camiseta rojinegra de Rangers de Talca.

Pero su corazón estaba teñido de albirrojo. Sus diez años de carrera y las lesiones ya empezaban a pasarle la cuenta, fue así como llegó a Curicó por tercera vez, para disputar el campeonato de tercera división. “Yo había terminado en Audax y tenía varias ofertas de Segunda, pero Sergio Gutiérrez me contactó y me convenció de ir a Curicó. Me dijo que quería hacer un equipo bueno para llegar a Segunda. Ese año fui uno de los goleadores del campeonato”, recuerda el delantero formado en la cantera de Santiago Morning.

Curicó Unido no tuvo mayor suerte en el torneo amateur de 1994. Además, el plantel debió afrontar una dura noticia, se trataba de Richard Pidal, el capitán del Curi que debido a problemas personales decidió quitarse la vida. “Richard fue para mí un gran compañero y una muy buena persona, muy sana. Con él fuimos compañeros desde el año ‘85 y juntos vivimos momentos muy buenos. Yo sentí mucho su muerte. Cuando él falleció nosotros estábamos acá, así que viajamos a San Vicente al sepelio y a ver a sus familiares”.

En un partido disputado en Valdivia ocurrió lo peor para Luis: lesión en el menisco de su pierna izquierda. “Estuve harto tiempo sin poder jugar. Luego me rehabilité un poco y jugué algunos partidos, pero después no aguantaba más; no porque estuviera viejo, sino que por la lesión. Después tuve que operarme y ahí me retiré”. Se terminaba así la carrera como jugador de “Lucho” Martínez en Curicó Unido, en ese club donde vivió tantas jornadas de gloria, marcando goles que permitieron entregar infinitas alegrías a toda una ciudad.

EL DT LUIS MARTÍNEZ
Compartiendo los pupitres con insignes del fútbol chileno como José Luis Sierra, Cristián Castañeda, Juan Carlos Letelier y Pedro Reyes, entre otros, se encuentra hoy Luis Martínez. Está cursando su tercer y último año de la carrera de Técnico Profesional de Fútbol, en el Instituto Nacional del Fútbol (INAF).

Una nueva faceta del goleador, que dice estar feliz y lleno de proyectos y metas, las que dice, quiere aplicar desde un principio en Curicó. “Quiero darle la prioridad a Curicó como siempre, entregarle algo de lo que sé, porque de los años que jugué fútbol profesional tengo mucho que entregar, sobre todo a los niños, a las divisiones menores del club. Yo soy un técnico que me puedo identificar con Curicó fácilmente, porque soy un referente del club y porque en todos lados la gente sabe que jugué en Curicó y que fui su goleador histórico”, sostiene Martínez.

“Yo sé que soy capaz, si otras instituciones me han dado la oportunidad ¿por qué Curicó no? Creo que sería ideal que me dieran la oportunidad de dirigir en las series menores del club; incluso tengo un proyecto que voy a presentar, exclusivamente para Curicó”, señala “Lucho”, quien los fines de semana se desempeña como técnico de la serie sub.-14 de Rangers en Santiago.

- A futuro, ¿asumiría el desafío de dirigir al primer equipo de Curicó?
- Me siento capacitado para dirigir, y a lo mejor no solo para cadetes, a lo mejor en un par de años más si me dan la oportunidad podría dirigir al primer equipo, porque no. Además lo importante sería darle el sello del club, porque muchos clubes traen técnicos que no se identifican con el club; en cambio, yo fuera de enseñarles lo que todo técnico les puede enseñar, les voy a entregar otra cosa: el amor propio por el club. Es muy importante que los niños se identifiquen con su club, así como lo hacen los hinchas, enseñarles que los colores del club son el blanco y el rojo, y que no hay más.

- ¿Qué opinión tiene de la campaña de Luis Marcoleta?
- Ha sido una muy buena campaña. “Lucho” Marcoleta se distingue como un técnico que está acostumbrado a subir equipos de categoría, y ojalá que lo haga con Curicó; que no se salte esa etapa, que aunque tenga otros destinos más adelante logre subir a Curicó a Primera, tal como lo hizo con Ñublense, y que sea un curicano más.

Luis sueña con que Curicó pueda lograr un histórico ascenso a Primera: “yo sería el hincha más feliz si Curicó ascendiera, porque siempre le he deseado lo mejor al Curi, porque allí viví momentos malos, pero también otros muy bonitos”. Además, está con su mente puesta en los proyectos que presentará al club en las próximas semanas. “Mi proyecto es que todo jugador que salga de la ciudad sea de Curicó Unido, y de ahí se vaya a los equipos grandes. Por qué no pueden salir jugadores de Curicó directo a Europa, México o Argentina, eso hay que trabajarlo y esa es mi meta”, dice enérgico.

Tras haber marcado la estratosférica cifra de 280 goles en Segunda y Primera División, Martínez hace un mea culpa de su carrera deportiva, y sobre los errores que le impidieron llegar más alto. “De lo que me podría haber arrepentido es que no me hice valer como debí haberlo hecho, como goleador. Todos los equipos me querían y yo decidía siempre por el más cercano o por el que me ofrecía algo, y yo altiro firmaba. Debí haber sido más terco, más personalista, y haber esperado uno o dos meses. Pero en parte no me arrepiento, porque estuve en muy buenos equipos en Segunda y siempre busqué la solidez económica. No gané tanto dinero, pero lo poco que gané lo supimos manejar, así que estoy tranquilo, conforme”.

Hoy Luis Martínez sigue viviendo en su casa de la población Santa Julia, soñando con un futuro mejor, y con esas alegrías que solo el fútbol le puede entregar, ahora dirigiendo desde el borde de la cancha. Un goleador de fuste, un hombre sacrificado, que supo vestir con orgullo esa camiseta rojo y blanco… que llevará para siempre estampada bajo su piel:.

lunes, 20 de octubre de 2008

II PARTE - Entrevista con Luis Martínez, goleador histórico de Curicó Unido

Momentos de gloria vivió Luis Martínez con la camiseta albirroja. (fuente foto: archivo L. Martínez)





Luego de salvar a Curicó Unido del descenso en 1984 (la liguilla se jugó en el mes de marzo), los goles de Luis Martínez fueron fundamentales para llevar al equipo albirrojo ni más ni menos que a la liguilla de Ascenso de ese año. De la lucha por desaparecer del profesionalismo, se pasaba rápidamente a la lucha por subir a Primera.


Era la época dorada del club de la banda sangre, y 1984 sería un año clave. Según los estatutos del campeonato, los dos primeros lugares del Torneo de Apertura ascenderían directo a primera división. Luego de perder la final con Iberia de Los Ángeles, Curicó de igual modo celebraba. Era el primer ascenso del club a la serie de honor, pero aún faltaba enterarse de una desagradable sorpresa…





Las autoridades de la Asociación Central de Fútbol (ACF), anunciaban que no habría ascensos ese año. Se truncaba así una vez más el sueño de toda una ciudad. “Desde un principio sabíamos que los dos equipos que llegaban a la final del campeonato de apertura subían a Primera, pero ese año en Primera creo que estuvo peligrando la Unión Española y otro equipo más, y por eso, por ser equipos grandes y por tener estadios grandes, los complicaron un poco. Entonces Rolando Molina con su comitiva decidieron otra cosa, que los equipos en Primera se mantenían y que las cosas en Segunda seguían igual”, recuerda Martínez.

Dolía la falta de seriedad de la Asociación, pero Luis seguía perforando redes. Goles y más goles, sin embargo su transferencia a un club de primera nunca prosperaba…

- Usted marcó 280 goles en el profesionalismo, cifra estratosférica para un delantero del medio chileno. ¿Qué le faltó a Luis Martínez para, por ejemplo, haber triunfado en un club grande de Primera?
- Condiciones tenía, pero uno también tiene que creerse el cuento de que uno puede. A mi me dieron una oportunidad cuando estuve en Iquique, donde jugué poco porque ellos tenían un plantel completo y yo llegué como un refuerzo más nomás, y aún así hice algunos goles. Ese año jugamos contra muy buenos equipos, y ese año en Iquique hicimos una buena campaña y estuvimos peleando la liguilla para Copa Libertadores. Era muy complicado jugar, no porque no tuviera capacidad, sino porque no tuve oportunidades.

- ¿No habrá sido su metro y setenta de estatura el principal impedimento para haber llegado más alto?
- No creo. A mí me faltó haber sido más arriesgado y osado, porque yo nunca me atreví a aventurar más allá. Incluso el año ‘85 llegó a Curicó un empresario que me quería llevar a México, y tenía varias posibilidades. A pesar de que yo no era un jugador de estatura muy alta, cabeceaba bien y le pegaba con ambas piernas, y hacía goles tanto de cabeza como con las piernas. No era totalmente completo porque el físico no me acompañaba, pero suplía eso con la velocidad que tenía, con que era encarador y con que hacía muchos goles, que es lo importante.

- ¿Es verdad que usted y su hermano Juan (arquero) se comunicaban a través de silbidos dentro de la cancha?
- En los entrenamientos practicábamos eso de silbar para engañar al rival, y con un pelotazo salíamos jugando altiro. Ellos (los rivales) siempre esperaban que saliéramos jugando, pero Juan me las tiraba a mí, porque yo hacía las diagonales y con los pelotazos largos siempre sorprendíamos a los rivales. Hicimos muchos goles así. En los corner en contra yo me quedaba solo arriba y todos bajaban a tomar sus marcas, y cuando salía a cortar un centro alguien, yo silbaba y tiraba un pelotazo largo que sorprendía a la defensa, porque estaban mal parados, no marcaban bien y dejaban espacio…sobre todo en la cancha de La Granja, que era una cancha mala, no como ahora que es una mesa de villar.

"Lucho" Martínez viste con orgullo la camiseta del Curi.

EL CRACK EMIGRA
En 1985 Luis Martínez fue goleador del Torneo de Apertura con 11 goles, esto a pesar de que Curicó quedó eliminado en la primera etapa. Los medios de prensa capitalinos se rendían ante el goleador y lo apodaban como “la máquina de hacer goles”.

“Siempre me preguntaban cuál era el secreto. Yo decía: el secreto es nunca dar una pelota por perdida. Hay que jugarse la pelota como si fuera la última. Yo como delantero estuve siempre atento a los rebotes, más que a esperar errores del rival. Donde iba el balón llegaba yo, y siempre ganaba. Aprovechaba los errores del defensa, porque uno como delantero siempre tiene que estar al acecho. De cinco veces que uno va a correr se puede ganar una, y hay que aprovechar eso”, sostiene quien fuera por años el dueño absoluto de la “9” curicana.

En 1986 Luis Martínez decide emigrar por primera vez de Curicó Unido. Cansado de los incumplimientos económicos del club, el delantero finalmente llega para ser dirigido por Roque Mercury en Deportes Laja, club que en esos años contaba con un gran poder económico debido al dinero que aportaba la papelera de la localidad de la octava región.

“Ese año pasé inadvertido. Después de ser goleador dos años consecutivos pasé inadvertido porque jugué muy poco e hice muy pocos goles, además que estuve lesionado”, rememora Martínez. En lo monetario la decisión había sido buena, no así en lo deportivo.

- Una de las razones que tuvo para emigrar de Curicó fueron los incumplimientos económicos, sin embargo usted recuerda con mucho cariño a los hinchas curicanos…
- Por la gente de Curicó siento mucho aprecio, mucho cariño. A mí la gente nunca me defraudó, así como yo les entregué lo mío, lo que ellos querían: que eran triunfos y goles. Me sacrifiqué, sufrí harto, pero yo tengo que darle las gracias solo a la gente, porque para mí ellos fueron y son muy importantes.

- Me imagino que recuerda a la señora Edith Véliz, eterna colaboradora del club…
- Yo siento mucho agradecimiento por la señora Edith, ella fue la que me recibió cuando llegué a Curicó y eso que ella no era dirigente, sino que solo un hincha. Ella siempre me estuvo apoyando y cuando estaban malos los sueldos ella siempre me apoyaba, al igual que la señora Hortensia (Correa, conocida como doña “Chiruca”) o el “Agüita de Té” (Luis Sepúlveda, fallecido suegro de Luis Orrego), quienes siempre nos estaban aportando con cualquier cosita. Siempre preocupados de prepararnos buenos asados o de la fruta en las pretemporadas.

Una postal imborrable. Luis junto a su hermano Juan "el mono" Martínez, uno de los porteros más recordados por la afición curicana. (fuente foto: Archivo L. Martínez)

EL TERCER TIEMPO
La conducta de los jugadores fuera de la cancha ha sido siempre motivo de sabrosas crónicas e historias, sobre todo en el medio pelotero nacional. Gorros Armani, autos último modelo, o visitas a la discoteca Kamasú; son hoy una constante en varios jugadores del “medio”.

Sin embargo, en los años ’80 la insolvencia económica del Curi y el carácter tranquilo de la ciudad de las tortas no daban para tanto. Aún así, el “tercer tiempo” se desarrollaba en los asados, que servían para fortalecer la amistad de los jugadores del plantel.

“Siempre ha existido la farra, las salidas y las fiestas, pero todo tiene que ser en su momento. Nosotros siempre después de los partidos hacíamos algo en mi casa, con mi familia y a veces con algunos amigos. Yo siempre he sido sociable, entonces a veces me pedían la casa y hacíamos un asado, pero un día después del partido y nunca antes, ya sea el día lunes en la tarde, o los días martes cuando con el plantel nos ganábamos un asado, una apuesta o algo, y los hacíamos en el estadio La Granja. Allí hacíamos muchos asados, sobre todo los días martes después del entrenamiento, toda la tarde”, sostiene “Lucho”, descartando de plano haber sido un jugador indisciplinado.

En cuanto al denominado “pichicateo”, o uso de drogas para fortalecer el rendimiento de los jugadores, Martínez reconoce que era una práctica que “estaba en todos lados”.
“Yo era uno de los jugadores que siempre estuvo en contra de eso, porque muchos jugadores llegaron a los clubes grandes por eso, y no porque tuvieran capacidades físicas. Yo tenía 34 años y siempre me hacían doping, y nunca me pillaron nada, porque entrenaba con los niños, con los de 17 años y corría a la par con ellos. A mí me decían: “esto te va a hacer ganar plata, con esto vas a llegar a Colo Colo, a la Católica, a esos equipos, así que ponte esto”. Pero no, porque el fútbol es mi pasión, entonces no la puedo envenenar tomando pastillas”.

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No te pierdas el próximo miércoles la tercera parte y FINAL de la entrevista a Luis Martínez, goleador histórico del Curi con 69 goles. ¡Imperdible!

miércoles, 15 de octubre de 2008

ENTREVISTA con Luis Martínez, goleador histórico de Curicó Unido (I Parte)

Luis Martínez es un fanático del Curi, prueba de ello son éstas fotos tomadas por memorialbirroja.

La cara con tierra, las piernas peladas y una mirada profunda. Era el pequeño Luis, descansando luego de jugar por largas horas en las canchas de tierra de la población Santa Julia; una población cargada de estigmatización social e indolencia de los gobiernos. Allí, en ese lugar donde se ven los rostros esforzados del pueblo, “Lucho” mataba los tiempos libres disfrutando de su pasión: el fútbol.


A una orilla del campo de juego, Luis soñaba con vestir la camiseta rojo y blanco del primer equipo de su querido club de barrio, el Inés de Suárez. Los mismos colores que luego, sin saberlo, defenderá por largos años en una pequeña ciudad que nunca lograba consolidarse en el fútbol del Ascenso.


Cómo no iba a ser futbolista, si en su familia se vivía, se comía y se soñaba fútbol. Ocho hermanos, cuatro y cuatro. Sergio, Humberto, Luis y Juan, los hombres de la casa: todos futbolistas; los dos primeros, seleccionados nacionales.


Luego de hacer las divisiones inferiores en Santiago Morning, Luis logró integrar el primer equipo autobusero pero sin demasiada suerte. Era el verano de 1984 y el delantero integraba la banca de suplentes de la Selección de Pichilemu en el Campeonato Nacional Amateur de ese año, cuando se presentó una oportunidad. Era el comienzo del romance entre Luis Martínez Ortiz y Curicó Unido, una historia marcada de goles y sinsabores…


- Cuéntenos la anécdota de cuando el cuerpo técnico de Curicó lo fue a buscar a Pichilemu…

- Llegó Eugenio Horta con Ítalo Traverso, el preparador físico, y Julián González; ellos fueron a buscarme a Pichilemu, a buscar a un jugador de unas características muy similares a (Lucas) Barrios, pero se encontraron con un jugador más bajo.


- ¿Y qué le dijeron cuando lo vieron?

- Yo siempre me acuerdo, porque ellos preguntaron por Luis Martínez y yo les dije “yo soy”, entonces me dijeron ¡tú! Si a nosotros nos dijeron que medía como dos metros. Entonces yo les dije que tenían que verme, y que si no les gustaba me devolvían la plata del pasaje y yo me devolvía a Santiago. Entonces me vieron jugar y altiro me dejaron.


- El año 1983 usted fue inscrito nada menos que como ¡arquero! ¿Cuál es la explicación de aquello?

- Pasó que Fernando Díaz (ex arquero de Curicó Unido y actual DT de Ñublense) se había fracturado tibia y peroné en el entrenamiento, así que pidieron a la Asociación la posibilidad de inscribir un segundo o tercer arquero, y llegué y me inscribieron a mí y me hicieron debutar altiro el día miércoles contra Valdivia, ganamos dos a uno y debuté con el gol del triunfo.


- Usted había jugado en Santiago Morning, sin embargo su primer gol como profesional fue jugando por Curicó, ¿qué sintió tras anotar?

- Fue una emoción muy especial. Yo había hecho muchos goles en el barrio y en cadetes, pero jugando a nivel profesional es muy diferente; es una cosa que te marca, porque siempre te vas a acordar del primer gol que hiciste como profesional. De ahí para adelante siempre te van a marcar los goles importantes que hiciste en cada partido, o contra rivales clásicos, como contra Santa Cruz, Linares o General Velásquez; que fueron partidos en los que siempre marqué.


"Lucho" Martínez viviendo momentos de gloria en los pastos de La Granja. (Foto: Archivo L. Martínez)


La llegada del Mesías

A fines del año 1983 había sido finiquitado el delantero Juan Roly Núñez. La segunda parte del torneo del Ascenso ya estaba en marcha, y el fantasma del descenso a tercera división estaba latente en las huestes curicanas. Fue en ese momento cuando apareció “Lucho” Martínez, pero no alcanzó. Había que ir a jugar la temida liguilla del descenso nada menos que a Osorno. Los locales, Curicó, San Antonio Unido y Ñuble Unido, luchando por su permanencia en la serie.


Fue ahí cuando en Osorno, un Mesías bajó de los cielos para tomar la camiseta albirroja número 9. Era Luis Martínez, mirando como los goleadores y listo para perforar cualquier red que se le cruzara. Era el destape de un ídolo.


- ¿Qué recuerda de aquella liguilla de descenso donde marcó cinco goles en tres partidos?

- Yo estaba súper tranquilo, porque iba con un respaldo, me sentía más jugador, me sentía titular y respaldado por mi equipo. Yo nunca fui individual, sino que siempre fui parte de un equipo y jugué para él, porque ellos me daban la oportunidad de poder marcar; además que teníamos un muy buen equipo, muy buenos jugadores. Para mí fueron tres finales, porque el primero fue contra Osorno, que eran los locales y que no podían perder, y aún así les ganamos uno a cero. Después nos soltamos y a los equipos que siguieron también les logramos ganar.


- La década de 1980 representa la época de oro de Curicó Unido en el Ascenso, tomando en cuenta esto: ¿cuál cree que fue el mejor equipo en esos años?

- Yo creo que el de 1984, sin discusión. Porque fue un equipo que tuvo que jugar en la zona norte, una zona complicadísima y que no conocíamos, con equipos muy potentes como Calera y Ovalle que habían estado en Primera, y nosotros clasificamos ahí, en ese grupo. Además que teníamos jugadores de la talla de “Pato” Ponce, de Ivo Basay, de Leonardo Rumbo; no recuerdo a los demás, pero por ejemplo también al “Pony” García en su mejor momento. Había jugadores increíbles, teníamos un equipo muy bueno. Además, Ivo Basay salió revelación del campeonato con solo 17 años, en un campeonato tan duro como el de segunda división, y además yo salí goleador.


A pesar de medir 1.70 de estatura, Luis Martínez se las ingenió para inflar las redes en 69 oportunidades jugando por Curicó. (Foto: Archivo L. Martínez)


- ¿Cuál fue su mejor compañero de ataque en Curicó?

- Hubieron dos, pero el que me acompañó siempre fue Leonardo Rumbo, e Ivo Basay también el ‘84, aunque solo estuvo ese año. Leonardo jugó todo el año, en cambio Ivo solo llegó para el campeonato oficial. Esos fueron los dos que me acompañaron mucho más en el ataque, sacando centros, dándome pases y habilitándome siempre.


- Hablando de Ivo Basay, en una entrevista que concedió a The Clinic años atrás usted dijo: “cuando estaba en CU hacía dupla de ataque con Ivo Basay. El era flaquito y lloraba cuando le pegaban patadas. Yo le decía que tenía que ser hombrecito y aguantar callado nomás. Al final terminó millonario y yo aquí”…

- Es la suerte y lo que la vida le da a uno. Yo lo decía principalmente desde el punto de vista futbolístico, porque yo le di a demostrar que si él andaba bien, si aguantaba que le pegaran patadas y todo eso, el iba a llegar muy lejos. El tenía muchas condiciones: era un cabeceador innato; para el físico que tenía aguantaba muy bien la pelota y a los rivales; y fuera de eso, se acostumbró a ser valiente y a ir para adelante. Muchas veces me tocaron compañeros que a la primera que le metían arrugaban, entonces al final yo sabía que tenía que batallar solo. Otro jugador que aguantaba todo era Rumbo, le pegaban patadas y nunca se quejaba; nos mirábamos y seguíamos para adelante nomás::.

¡Has clic aquí para escuchar (en Podomatic) más sobre la vida de Luis Martínez!

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¿Qué recuerda de su estadía en Curicó?, ¿había “pichicateo” en esos años?, ¿había salidas nocturnas en el plantel?, ¿por qué Luis Martínez no pudo llegar más alto en el fútbol nacional?


No te pierdas el próximo lunes la segunda parte de la entrevista a Luis Martínez, goleador histórico de CURICÓ UNIDO con 69 goles. ¡Imperdible!

lunes, 13 de octubre de 2008

Un equipo sobredimensionado

Uno como hincha siempre exige resultados inmediatos. La palabra proceso parece no estar dentro del diccionario del fútbol, una actividad que lo queramos o no está supeditada a los números, a exigir triunfos y rendimiento a diario.

El pasado sábado Curicó perdió por primera vez la punta del campeonato, que ostentó durante ocho meses, luego de perder ante Arica por 4 goles a 3. Un resultado justo, porque Curicó regaló todo el primer tiempo y parte del segundo y porque sigue mostrando errores impresentables en materia defensiva, independiente de que el árbitro haya validado un gol ariqueño en posición adelantada.

No creo que el bajo rendimiento de Curicó en las últimas fechas sea un problema de cuerpo técnico, puesto que el grupo dirigido por Luis Marcoleta por algo ha logrado mantenerse en la punta durante tantas fechas, y obtener un campeonato histórico para el club.

El problema y las responsabilidades van mucho más allá, y tienen que ver con un equipo que está sobredimensionado por algunos hinchas y medios de comunicación. Curicó, sin tener un plantel abundante, y sin tener más de dos jugadores de nivel por puesto (si es que los tiene), ha logrado una campaña histórica y ha demostrado que luchará con todo por quedarse con el título de la B.

Varios de los jugadores del Curi venían de no jugar en sus respectivos equipos o estaban sin club, es el caso de Daniel "Abuelo" Briceño, Luis Jara y Rodrigo Cáceres (que fue desafectado hace algunas semanas), entre otros. Hoy Curicó no es más de lo que es, no porque no haya ganas y fuerza para luchar en un campeonato tan duro como el de la Primera B, sino que por la falta de jugadores de recambio en posiciones tácticas claves. La falta de gol y de conducción en el último tramo de la cancha son solo algunos ejemplos.

Por ello, porque creo que el cuerpo técnico y los jugadores se están esforzando al máximo por lograr algo histórico, tengo fe. Tengo la confianza de que este grupo de personas no bajará los brazos, y luchará con todo por sacar el partido de mañana adelante. Iquique: es el lugar indicado para demostrar que Curicó está hoy más vivo que nunca, y para tapar la boca de hinchas incautos y comentaristas deportivos curicanos que dejan mucho que desear, sobre todo por su desconocimiento de los códigos de una actividad tan hermosa como el fútbol.

Próximos partidos del Curi Curi:
14 de octubre, 22 hrs: M. Iquique v/s CURICO UNIDO

19 de octubre, por confirmar: U. San Felipe v/s CURICO UNIDO
26 de octubre, por confirmar: CURICO UNIDO v/s Pto. Montt

¡¡No te pierdas mañana la entrevista que memorialbirroja tuvo en exclusiva con Luis Martínez, goleador histórico del Curi con 69 goles e ídolo del club!!

viernes, 10 de octubre de 2008

Los queridos artículos albirrojos

Lapicero artesanal albirrojo.

Los cambios experimentados durante los últimos años por la "industria" del fútbol, han introducido un concepto clave para generar recursos dentro de esta actividad: el marketing.

Llaveros, revistas, posters y camisetas, son solo algunos de los productos que se generan en torno a un deporte tan masivo como el fútbol. Algunos hinchas usan todo tipo de artículos de su club, mientras otros más románticos siguen defendiendo la idea de que "con la camiseta basta".

Si bien es común que los fanáticos compremos estos artículos, lo cierto es que lo más lindo es cuando uno mismo los hace. Ese bello acto de estamparse una polera con bastidores artesanales; hacer un trapo (lienzo) llegando incluso a coser, tarea que generalmente nos hacen nuestras madres o abuelas; o simplemente pintar la insignia del club en la pieza, obteniendo los correspondientes repudios de los padres. Son actos de amor, actos de compromiso con ese club que te entrega tanto. Tanto, que crees nunca poder pagarle.


Cojín bordado comprado en La Granja.

Si bien vivimos en una sociedad donde lo material se impone, lo más importante sigue siendo la forma en que nos conectamos con esos objetos; en definitiva, la forma en que nuestros sentimientos se imponen sobre el dinero.

Coleccionar artículos con los colores del club se ha transformado para muchos en una pasión, una pasión que va mucho más allá de coleccionar por coleccionar. Se trata de ir viendo a través de estos productos la evolución de un club, de ir reconstruyendo una memoria histórica.

Camisetas, llaveros y todo lo demás, son elementos que nos entregan alegría e identidad, sentirnos dueños de una pasión que construimos en común. No es malo coleccionar, lo perverso es cuando esto es utilizado como moda, para ser "florerito de mesa", y así parecer más "fanático" de lo que realmente se es.

A medida que el Curi crece en popularidad, seguirá aumentado la demanda por el merchandising albirrojo. Pase lo que pase, se seguirá imponiendo la banderita comprada a la entrada del estadio, y esa camiseta blanco y rojo que resalta en todos lados. No hay nada más lindo que lo folclórico, lo artesanal, eso que en definitiva... nos permite construir una identidad curicana.

Camiseta-colgador para automóvil.

¡¡No te pierdas el próximo martes la entrevista a fondo que memorialbirroja tuvo con Luis Martínez, goleador histórico del Curi con 69 goles!!

miércoles, 8 de octubre de 2008

Fernández Vial, Copiapó y Puerto Montt podrían perder puntos

Fuente foto: charlatecnica.cl

La Comisión de Gestión Económica de la ANFP, entidad encargada de velar por el cumplimiento económico de las planillas de los clubes del fútbol chileno, pidió ayer sancionar a clubes de la primera B y de la división de honor por el incumplimiento de tales obligaciones.

En el caso de la Primera B, el organismo solicitó que les quiten puntos a Fernández Vial, Deportes Copiapó S.A. y Deportes Puerto Montt. Los más afectados serían los copiapinos que arriesgan la pérdida de 9 puntos, situación que los dejaría al borde del descenso a la Tercera división. En el caso de los vialinos, que actualmente se ubican últimos en la tabla acumulada, éstos cederían 6 unidades.

En la lucha por el título también habría sorpresas, ya que el sublíder Puerto Montt (que se encuentra a solo 2 puntos de Curicó Unido), podría ver descontadas al menos 3 unidades.

La confirmación de los castigos dependerá del Tribunal de Disciplina de la ANFP, que citará a los clubes involucrados a su próxima sesión, en fecha aún por definir.

Fuente datos: Diario El Mercurio (8/10/2008)
Actualizada el 9/10/2008.


lunes, 6 de octubre de 2008

Curicó Unido 1 - Deportes Copiapó 0

Un valioso triunfo obtuvo ayer el "Curi", luego de derrotar por la cuenta mínima a Deportes Copiapó, institución que con este resultado sigue complicada con el descenso a tercera división.

El partido no solo era díficil por la situación del cuadro visitante, que necesitaba sí o sí los 3 puntos, sino también por la presión que el día anterior había ejercido Puerto Montt, quien en calidad de local derrotó por 3 goles a 1 a Coquimbo Unido.

De todos modos, la presión no se notó durante el partido, ya que desde un inicio Curicó Unido tomó las riendas del partido y se creó las mejores ocasiones de gol, que no pudieron ser concretadas por los delanteros Bibencio Servín y Víctor "Guagua" González. Sin embargo, la gran figura de la primera etapa fue el volante Álvaro Lara, quien constantemente desbordó y lanzó peligrosos centros al área copiapina.

Cuando ya se jugaban los minutos de adición de la primera etapa, un milimétrico centro de Lara fue conectado certeramente por el volante Sergio Moreno, quien se encargó de decretar la ventaja para los dirigidos de Luis Marcoleta.

En el segundo tiempo, Curicó se dedicó a controlar la posesión del balón y a tratar de buscar rápidos contraataques en los pies de sus hábiles delanteros. Mientras los albirrojos estaban más cerca del segundo gol, Copiapó con más garra que fútbol trataba de inquietar la portería de Luis Vásquez.

Durante la segunda etapa ingresó Juan José Albornoz y Luis Jara, quienes se vieron bastante erráticos en comparación a sus actuaciones anteriores. De todos modos, ambos jugadores no se quedaron en términos de entrega y garra, sobre todo en las labores de contención.

Otro que ingresó fue el delantero Iván Sepúlveda, quien volvió luego de varias semanas alejado del equipo producto de una lesión.

Finalmente, y no sin sufrir durante los últimos minutos, Curicó logró un importante triunfo que le permite mantenerse al tope de la tabla acumulada, y así obtener dos puntos de ventaja sobre Puerto Montt, teniendo aún un partido pendiente (de visita frente a Municipal Iquique, el próximo martes 14 de octubre).

Ahora se viene una pesada carga de trabajo para los dirigidos de Marcoleta, que incluirá 4 partidos en dos semanas. A continuación, los próximos partidos del Curi:

Miércoles 8 de octubre: Curicó Unido v/s O'Higgins (C. Chile)
Sábado 11 de octubre: S.M. de Arica v/s Curicó Unido
Martes 14 de octubre: M. Iquique v/s Curicó Unido
Domingo 19 de octubre: U. San Felipe v/s Curicó Unido

miércoles, 1 de octubre de 2008

Mi segunda casa

Todos alguna vez hemos tenido un lugar donde nos sentimos seguros. Un lugar donde nos gusta estar, pero que sin embargo no nos pertenece materialmente. Es ahí donde se habla de "la segunda casa".

Mi segunda casa es un lugar sencillo. Un lugar que para adquirir vida solo necesita de dos arcos y un campo de césped. Allí he vivido alegrías y tristezas; he visto proezas, como el 3-2 que le dimos vuelta a Trasandino en los últimos 10 minutos de partido, en la liguilla de ascenso del 2004, cuando íbamos abajo por dos goles.

También por cierto he visto derrotas, como el partido del año 2003 cuando Lota Schwager nos ganó en los últimos minutos por 1-0, y nos dejó sin ninguna opción de acceder al título. Un triunfo que luego les permitió a los carboneros salir campeones de tercera...

Allí estuve yo, sufriendo o quizás riendo, pero siempre con la alegría de estar allí, en ese único e irrepetible momento. Con sol, con lluvia, con el granizo sureño, allí estaba, con mi frente en alto sobre el tablón, soñando con salir algún día de los llamados -peyorativamente- "potreros".

Hoy el sol ha parecido salir para nuestra querida institución. En mi segunda casa logramos un título por muchos impensado, pero que para otros estuvo siempre latente. En ese mágico lugar se derrotó a la adversidad, y se comenzó a edificar la noble aspiración de un futuro mejor para una ciudad. Allí, sobre ese césped se anotaron esos 4 goles rotundos, que nos hicieron los hombres más felices de la tierra, y nos hicieron comprender el sentido comunitario que había adquirido nuestro club.

Para escribir esta crónica me di el lujo de ir a La Granja, para en soledad recordar todo lo que había vivido, y lo que por cierto, aún me queda por vivir allí. Y me sentí feliz, me sentí como cuando me tomo una cerveza mirando TV en el living de mi casa. Sentí calor, me sentí protegido, y dueño de un lugar que desde siempre la historia preparó para mí.

Querido Estadio La Granja, hoy lo digo con fuerza: ¡eres mi segunda casa! Ese lugar que me recibe como si hubiese nacido allí, y donde el día de mañana sueño con morir. Nunca te pedí nada, hoy menos aún. Solo quédate ahí, para visitarte una y otra vez, y así reconfortarme con ese cariño que solo tú... me sabes dar.
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